Crónica de una fobia anunciada. Parte I

  • Selva Taman Negara Malasia
[typography font=»The Girl Next Door» size=»12″ size_format=»px»]

De aquel primer viaje también, nuestro primer contacto con la selva en Taman Negara. Esta historia la he contado varias veces, en vivo desde entonces. Es una que me marcó. Me definió. ¡En serio! Esta parte I es el aperitivo. El plato fuerte vendrá en la parte II.

La Bere del pasado enfrentándose a su peor miedo, aunque en ese momento ella aún no lo sabía….

[/typography] [divider]

27.10.2008

Pedíamos aventura si, pero esto fue demasiado y de sopetón. Este es nuestro 4to día en Taman Negara, un parque natural en el centro de Malasia, con la selva más antigua del planeta;  ¡si, es más antigua que el Amazonas!

Selva Taman Negara Malasia

Después de que se haya talado más de la mitad de la selva en Malasia, esta es una reserva para tratar de conservar aunque sea un pedacito. Así que uno se lanza desde el otro lado del planeta a lo que suena como un sitio desértico e inhóspito, sin mayor preparación ni equipo y a ver como nos las arreglamos.

Pues esa fue la idea equivocada número 1.

Todo el proceso de llegar, instalarse, informarse es súper sencillo, adaptado al turismo. Ojo, que no es que sea un lugar muy turístico, pero de eso viven así que te lo ponen fácil.

Para llegar a Taman Negara sólo hay que tomar el bus de KL a Jerantut y de ahí otro a Kuala Tahana.  El primero toma unas  3 horas, el segundo una más. Por último hay que tomar un barquito hasta llegar a la zona de hospedajes.

La entrada al parque natural esta de un lado del río, y del otro un pequeñísimo pueblito con hostales y cabañitas para el visitante.

Así que con toda emoción de conocer la selva uno se dirige enérgico al modulo de información del parque donde te dan tu mapa, te dicen que salgas antes de las 6pm por que anochece y buena suerte, nada más. Hay paquetes y guías que organizan paseos o actividades a alto precio, pero nosotros decidimos empezar con actividades sencillas por nuestra cuenta, y luego iríamos viendo.

Lo que aprendimos, vaya ilusos….

Nuestros 3 días en Taman Negara, Malasia

La llegada al parque es un paseo de 3 horas por el río, en barquita, con unos paisajes impresionantes. Vimos unos búfalos de agua dándose su chapuzón, varias aves y la selva grande y poblada esperándonos.

Rio en Taman Negara Malasia

Después de instalarnos en nuestra cabañita, nos fuimos al modulo de info y equipados con nuestro mapa nos aventuramos al canopy walk, dígase unos puentes colgantes que atraviesan un buen tramo de selva por lo alto de los arboles (canopy). Íbamos contentos e ilusiónados, observando todo, los inmensos y altísimos arboles y todos los seres que los habitan, como insectos tamaño nuclear que pasan por tu lado haciendo lo suyo, y alguna que otra avechucha.

El paseo por los arboles fue bastante bonito, así que terminando decidimos ir a un mirador que está en lo alto de una montaña a ver la selva en su esplendor.

Y ahí vamos. Subimos y subimos y subimos,

son las 4 pm y el sol brilla.

Llegamos y la vista era espectacular nos sentamos a contemplarla todos utópicos, cuando comienza a escucharse el estruendo de la lluvia. Se veía venir en una nube turbia y negra que se acercaba a pasos rápidos.

El mirador Taman Negara

Imaginen el estruendo de una lluvia citadina que se acerca, y multiplíquenlo por 100, eso es la magnitud de un solo trueno.

-Como que mejor vamos bajando noooo?-

Y ahí vamos. Bajamos y bajamos y bajamos...

Son las 430 y el viento soplaba con fuerza considerable.

-Amooorciiitoooo, por aquí es por donde veníamos?- Pregunto yo al no reconocer nada de lo que veo.

-Nooo, este es otro camino que se supone nos deja por la entrada…. – Responde Mat con voz susustosa.

[box type=»alert»]Idea equivocada número 2. Ante la tormenta inminente, tome un camino incierto.

Ok. estábamos semi perdidos. Digo semi por que el camino podía ser cualquiera de los 4 que indicaba el mapa, así que podíamos estar muy cerca del destino o totalmente caminando en sentido contrario.

Ante la confusión, Mat decide que es mejor volver.

– ¿¿!!?»VOLVER»!!?? ¿así como en vuelve a subir y subir y subir para luego volver a bajar y bajar y bajar, en 30 minutos? – mi histeria es inversamente proporcional a mi falta de aliento.

Apoderados de la histeria (ok ok yo más pero Mat también tenía harto miedo), el miedo de quedar atrapados en medio de la selva lloviendo y de noche, yo grito:

– No podré, no lo lograré estoy cansada no puedo más, sigamos por este caminooo-.

– Ya he cometido un error, (improvisando el camino) no cometeré 2!- Mat grita serio, me toma de la mano y me arrastra (mi héroe <3 )

Y ahí vamos. Subimos y subimos y subimos,

son las 4:35 pm con la lluvia y la noche en contra.

Y ahí vamos. Bajamos y bajamos y bajamos,

son las 5:20 pm, la lluvia comienza y el sol se pone.

Hicimos 2.5 km. de subida y bajada de jungla en 45 min. Algo sobrenatural. Llegamos al hostal y 10 min después cayo una lluvia torrencial. Acabados y machacados nos fuimos a dormir después de una copiosa y merecida cenita totalmente fuera del presupuesto; uno no celebra sobrevivir a la jungla muchas veces en la vida.

Luego la cosa pareció ir mejor…

Al día siguiente conocimos a una pareja de australianos en el modulo de info del parque, con la que decidimos compartir paseos y gastos en el parque. Hicimos un paseo en lanchita por el río que te lleva y te trae a varios paseos expedicionarios sin más ayuda ni guía que tu mismo.

Primera parada una cueva-gruta en donde solito, sin guía ni indicación, (todo aquí es bajo su propio riesgo) entras a la cueva con tu linternita y nada más. De pronto la cosa se va como achicando, no te queda más que meterte en el agua y cuasi reptar para pasar entre las piedras, te encuentras haciendo unas posturas sobrenaturales (gracias pilates) para poder salvar el pellejo. Y entonces llegas a un espacio más abierto donde compartes 5m cuadrados con unos 10,000 murciélagos.

En cuanto se dan cuenta de tu presencia algunos empiezan a sobrevolarte, así que los tienes pasando a toda velocidad por todo tu cuerpo, y mientras observas a los que siguen colgados. Como el espacio no es ni alto ni grande, los tienes enfrente, puedes verlos acicalarse y dormir, pelearse entre ellos y hasta acurrucarse… ¡son animalejos muy bonitos! (yo soy amante de todo bicho -menos uno-).

muercielaguitos

Definitivamente no recomendable para a)reumáticos b)claustrofóbicos c)no amantes de murciélagos.

Salimos de ahí y entonces hicieron su aparición. Unos seres desagradables, los seres más desagradables, de los que ya me habían prevenido: las sanguijuelas  (ewwww nomás de pensar en ellas me da piel de gallina y me lloran los ojos).

Resulta que no están en el agua como todos pudieran pensar… nooo! están en el suelo, esperando a que pases para lanzarse en un salto garrocha olímpico, subir por tu zapato y meterse por el tejido del calcetín, por la lengüeta o por cualquier recoveco que les permita morderte y succionarte la sangre hasta saciarse.

Yo quedé sin habla cuando vi el calcetín empapado en sangre de Mat, imaginé que estaría mi zapato infestado, lo inspeccioné pero al parecer solo Mat sufrió una mordida, se quitó el zapato y lanzó al inmundo parásito lejos.

La segunda parada en el paseo en lanchita fue a una caída de agua donde puedes nadar, todo fue felicidad y risas con nuestros nuevos amigos.

cascadas Taman Negara

Hasta la vuelta. Cuando llegué a nuestra habitación, me quito los zapatos y ahí estaba… agarrada a mi tobillo.

(solo de recordarlo tengo escalofríos por la espalda)

Después de gritar y dar de saltos como si me atacara una crisis nerviosa, la hija de la gran p*ta se desprendió.

Así fue como tuve mi primer encuentro con lo que sería la peor pesadilla de mi vida.

La segunda parte, -la hardcore- la publicaré pronto. Es un thriller de terror en toda regla.

3 Comentarios

9 + 1 =