La vida de un pingüino – una historia desde el fin del mundo
Este es un pingüino magallánico. Se llama así porque la mitad del año vive aquí en el estrecho de Magallanes en la punta de la Patagonia (aka «el culo del mundo»), donde hace frío y viento.
El estrecho de Magallanes es un paso que permite cruzar del Pacífico al Atlántico sin ir a dar la vuelta hasta el Cabo de Hornos en la puntísima del continente, el Cabo es peligrosísimo y muy muy frío. Don Hernando de Magallanes lo descubrió para el Rey de España, y antes del canal de Panamá, este era el único cruce para «pasar al otro lado»
Al pobre animalito le gustan las aguas y tiempo calientito, de hecho le encanta vivir en Brasil.
Y entonces… ¿qué carajos viene a hacer hasta acá en el verano?
Viene buscando luz.
En esta punta del mundo los días en verano son muuuuy largos lo que le permite tener más horas al día para ir al mar y buscar comida: pecesitos y moluscos.
Lo necesita porque es la época del año de reencontrarse con su mujer luego de 6 meses de diversión en las playas brasileñas con los chicos, y ponerse a aquello que manda la naturaleza: hacer bebés pingüinos.
El pingüino magallánico es chiquilín, y como todo pingüino es blanco con negro, lo que lo diferencía es una doble franja negra en el frente, una franja negra tipo collar elegantísimo y otra alrededor de su pancita blanca:
Esta última define la edad del pingu; entre más ancha es más mayor. ¿Verdad que están guapísimos?
Así que primero, cada Septiembre llegan los chicos a la isla.
Vienen a hacer una inspección general del nido; tienen que recordar cuál ha sido su nido y dónde está localizado; los nidos de los pingüinos son cuevitas bajo la tierra. Cuando lo encuentran lo limpian, restauran las goteras, resanan las paredes (son maestros del bricolaje); luego lo ponen cómodo con unas piedritas, plumas y pastitos y finalmente lo adornan con unas alguitas en el porche frontal.
Todo esto les toma un mes a los machos.
Las muchachas llegan en Octubre, todas guapas y gorditas.
En cuanto las ven los muchachos lanzan unos gritos tipo corneta bocina de trailer de carga, que a oídos de pingüino suena como la mismísima voz de Frank Sinatra. Cada pingüina conoce y reconoce la voz de su muchacho y corren entusiasmadas a reencontrarse.
Cuando se encuentran, el sr. pingüino suda la gota gorda, la señora inspecciona el nido y debe darle el visto bueno. Si no no hay huevitos este año. En cuanto ella ve las alguitas en el porche, asiente con su pico y aprueba el hogar.
Y entonces viene la semana del amoooorrrrr….. donde pasan unos días reconociéndose y asegurándose que todo está en orden el uno con el otro, se cuentan sus respectivas aventuras y tienen veladas románticas.
Los pingüinos son animales monogámicos: sólo tienen una pareja de por vida. Se esperan, conocen y cuidan cada año durante más de veinte años.
Si un año uno de los dos no regresa, porque ha sufrido un trágico accidente en las fauces de una orca, su pareja lo espera un par de años. Luego, las chicas retoman matrimonio con un pingüino más joven; pero los machos no:
Se quedan viudos y tristes el resto de su vida.
(inserte violín y ríos de lágrimas)
A mitades de Octubre el huevito o huevitos -máximo 2 por pareja- están puestos. Y aquí la hembra se queda los 12 primeros días empollándolos; mientras tanto el macho corre al mar a alimentarse, han sido unos días muy intensos en aquello del amorrrr y están hambrientos.
Luego de 12 días él regresa y le toca empollar, y ahora va ella a comer al mar. Y así cada 12 días hasta cumplir 40 a 45 días cuando los bebés están listos para nacer.
– Un matrimonio igualitario, el chico resana el hogar, limpia, decora y empolla el nido: ¡ejemplares! –
En Diciembre nacen los baby pinguins (inserte un awwwwwwww). Nacen con una plumilla peluchona y marrón que no es impermeable, no pueden meterse al agua, así que los padres van y vienen del mar a regurjitarles un sabroso pescado directo en el pico.
En Febrero los niños comienzan a cambiar pluma y en cuanto tienen la pluma impermeable, los padres un buen día les dicen: «síguenos» y lo llevan al mar, le muestran aquello de nadar, pescar y sobrevivir. Los niños tienen un mes para aprender todo todo todo todo todo lo que necesitarán para sobrevivir en el duro mar.
Hay veces que el baby pinguin es miedoso y no quiere seguir a los papás. Ellos una vez que deciden que es hora, dejan de alimentarlo y si el niño no espabila y va al mar, se queda en tierra pero sin alimento ni agua dura sólo unas semanas más, e irremediablemente muere.
En todo este mes los niños han hecho amigos de juventud, ellos con ellos y ellas con ellas. A principios de marzo forman grupos y se van. Abandonan la isla y junto con sus nuevos amigos se dirigen hacia Brasil. Es importante que memoricen la ruta, ya que la seguirán cada año para volver.
Los pingüinicos tardan 4 a 5 años en alcanzar la madurez, en ese tiempo vuelven cada año sólo a mudar el plumaje, comer mucho y charlar con sus colegas en la playa sobre las pingüinicas que se están poniendo cada vez más guapas.
Los pobres padres aún no pueden irse. Alimentar y enseñar a los críos los ha dejado en los huesos. Tienen un mes para dedicarse a pescar y recuperar el peso perdido, pero antes de poder ir al mar y comer ¡deben mudar la pluma!
Y esto es una putada, porque mientras mudan pluma pierden el aceite que hace su plumaje impermeable, así que no pueden entrar al agua, sólo pueden estar ahí, muertos de frío y de hambre esperando a que cambie la pluma.
Y guapos, no son. Están pelones y tan flacos que terminan con el pellejo colgando:
Al menos tienen a su pareja para darse apoyo y hablar de lo lindos que salieron los críos este año. No importa que la sra. pingüina no sea aquella que llegó hace 4 meses, gordita y rozagante. Ahora está pelona y fofa pero para él ella sigue siendo hermosa.
A principios de Abril las pingüinas, ya repuestas y con la nueva pluma se despiden de sus chicos, se reúnen y en grupos se van. Unos días después los machos harán lo mismo.
Hasta el próximo año que se reencuentren los enamorados en esta isla.
FIN
Si quieres ir a ver a los pingüinos, puedes hacerlo desde Punta Arenas en Chile.
La empresa Comapa tiene un barco que va a la Isla Magdalena todos los días de Noviembre a Marzo.
No es barato: 28,000 pesos chilenos que son unos 38 € / 50 usd por persona. ¡Pero vale la pena!
Sólo una vez estarás en el fin del mundo y podrás caminar entre cientos de pingüinos.
El barco sale a las 8am y vuelve a la 1pm. Lleva ropa abrigada, guantes, gorro, y rompe vientos.
Eres como yo y ¿quieres ver más pingüinos?: Todas las hermosísimas fotos de los pingus AQUI
1 comentario
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diana marzo 9, 2014 (12:24 am)
Es lo mas hermoso que he visto en dias! Estan super tiernos <3 <3 <3 los amo awww