De como perdí la virginidad de cama viajera
El fatídico día finalmente llegó. Algún día tenía que llegar. La he perdido, por más que quise creer que no, que seguramente era otra cosa, un malentendido, al final tuve que aceptarlo.
He dejado de ser una virgen de la cama viajera. Me la han quitado, esa virginidad tan preciada que presumía yo. Han llegado entre la noche, y no ha sido uno, si no varios, en grupo y sin piedad me la han arrebatado. Poco les ha importado que mi marido estuviera a lado, me han ultrajado.
Llevo 3 días dándole vueltas, reconstruyendo esa noche en mi cabeza, la habitación con paredes de madera, la cama baja, el sonido de las ratas que corrían por el tejado (y dentro de la habitación, pero esa es otra historia), las sábanas traidoras que juraban que sería una noche calma y limpia…
… pero a todos les pasa, alguna vez al menos.
Ese fue mi consuelo mientras veía las marcas enrojecidas en mi piel maltratada.
No hay vuelta atrás, ya he sido atacada, nunca antes mordida por chinches. Las temidas «bed bugs» han hecho un campo minado de mis piernas, mis tobillos, los brazos.
¡Menudo festín que se han dado!
Pero lo peor viene ahora, días después. No es solo la tristeza de saber que fui una víctima impune del crimen de las chinches, si no el picor.
¡Hijas de su rechinchada madre! cómo arden y pican…. cada día que pasa un poco peor.
Eso fue lo que me hizo saber que no eran mosquitos,
…que no que no es un raro mosquito chino que deja unas ronchas raras. Los moscos disminuyen con el tiempo, y esto pica cada día más. Acéptalo de una vez, dormiste en una cama llenita de bed bugs…
….eeewwww.
Así que corrí a la farmacia china, y le enseñé las ronchas a la doña china, que me dijo si si y me dio una pomada de un algo chino que espero ayude.
Yo con la piel peor que puberto infestado de acné y aquellas que comieron para un mes entero, gordas se han de haber quedado y felices de haber cenado mexicano, que de chino ya estarían bastante hartas. Tan empachadas quedaron que ya ni el esfuerzo de ir a morderle al francés de a lado.
En fin, así es esto, entre mal comer, mal w.c. y mal dormir el mal de chinches es uno que, supongo, todos tenemos que pagar por el gusto de viajar.
Y tu…
¿ has sido atacado o aún eres virgen de cama viajera? ¿cómo de traumático fue?
y lo más importante…
…¿ tienes algún remedio?
3 Comentarios
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Mochilasenviaje septiembre 10, 2013 (1:43 pm)
Bienvenida a mi mundo! La primera duele, pero la segunda ¡Oh, Dios! te queres comer vivo al dueño del hostel. Y lo peor, a mi novio nunca le pican. Yo soy su repelente.
Consejo, la crema de «Tea Tree» ayuda, y sino, agua fría.
Te aviso, es una viaje de ida. Una vez que entras, no hay retorno.
Abrazo!
bere septiembre 11, 2013 (1:05 am)
NOOOOoooo me digas eso! no quiero volver a verlas nunca más… Es la mañana del 4 dia y aún me rasco sin parar.
Ya leí por que a los hombres valientes las chinches no les pican: no les gustan los vellos, ni el pelo, prefieren pieles suaves y tersas como las nuestras. Así que habrá que dejar de depilarse. Ir a lo sasquash por el mundo para no sufrir! :)
José W septiembre 11, 2013 (2:49 am)
Me encantó el diagrama de ti soñando con gatitos..y luego…pesadilla! jejeje, más no me burlo de tu chinche desgracia. También me ha tocado que me piquen esas mugres pero a mi me picaron de 2 por noche, yo creo era una con dientes de vampiro, poco a poco se cenaban mi sangrita, augh!
Yo no soy velludo así que yo creo por eso no me salvé :p
Y de remedio no se, haber que pesco de aquí pa la otra que me llegue a tocar.
Ah que chinches de su china madre jejeje saludos Bere! 8)