Rinokarma en Chitwan – desaventuras en la selva

Elefantes en Chitwan

Algo habremos hecho. No sabemos bien qué, tenemos algunas suposiciones, pero bien bien, no lo sabemos. Lo que sabemos es que en Nepal hemos tenido un algo de mala suete.

 Nosotros como lo vemos es que andamos bajos en karmapoints. Algo estamos pagando.

El concepto de karma es una creencia Hindú y budista que dice que toda acción lo que hagas en esta vida tiene una energía asociada que arrastras a tu vida siguiente. Si es positiva porque hiciste muchos actos y hechos positivos tendrás una vida mejor, si es negativa porque fuiste un desgraciado, entonces tu karma es muy negativo y tendrás una vida abominable, reencarnarás en rata o algo así.

Nosotros lo simplificamos con la idea de que no necesito ir a otra vida para recibir las consecuencias de mis acciones, creemos que, si vas por esta vida con energía y actos positivos, mal que bien el cosmos y la energía de esta vida te devolverá eso, cosas positivas.

Así que en plan juego, los llamamos los karmapoints.

En Nepal parecía que estuviéramos saldando una cuenta baja en karma:

* Nos tocó lluvia en Nepal cuando se supone que terminó hace un mes.
* Nos invadieron las chinches en hostales, hoteles y hasta buses. Nos llevaron al borde de la locura. Estaban en todas partes. TODAS.
* Mágicamente, de un día para otro, el lente de nuestra cámara tiene un rayón. Todas nuestras fotos tienen ahora un punto blanco. Justo antes de hacer el viaje de nuestra vida a los Himalayas… genial.
* Me enfermo en medio del trek de los Himalayas, 40 de temperatura en medio de la nada: plaz toma eso. Gracias Ciproflox.
* Si las chinches no eran suficientes, Bere toma esto: tu más grande ilusión será puesta a prueba por tu más grande terror… un lugar infestado de sanguijuelas.

Gracias Karma, no tenías que ser taaaan obvio.

cocodrilo de agua dulce en Nepal

El Rinokarma en Chitwan

Chitwan es un parque nacional en el sur de Nepal donde la principal atracción es que viven la no nada despreciable cantidad de 550 rinocerontes en libertad.

¿Quién dijo animales? Pallá voy.

En Chitwan, nuestro Hotel Parkside nos asignó un guía para que nos llevara a cuanta actividad y paseo quisiéramos hacer. Y tuvimos mucha suerte por que nos tocó Gopal, simpatiquísimo y con el mejor ojo águila localizador de bichos salvajes del condado.

Nuestra primera actividad fue hacer el jeep safari de los 2,000 lagos. Estábamos en ello cuando Gopal nos bajó del jeep para hacer la breve caminata hacia los pastizales donde a veces van a pastar los rinos. Vimos muchos venados, pero nada de rinos.

venados en Chitwan

Frente a mi y de la nada Mat hace un «aghh» de susto, se inclina hacia su pierna y con los dedo pulgar e índice en catapulta-lanza algún bicho de su pantalón.

«¿Qué era?» le pregunto.

«ehemm naaada» me contesta evasivo.

En ese momento lo supe. Estaban ahí. Mat es muy mal mentiroso. No era nada, era una de ellas, aquí hay sanguijuelas, pensé.

Paré y fijé la vista al suelo donde siempre están balanceándose asquerosas esperando a que pases para lanzarse a tu zapato… y no había nada. A cada paso las buscaba, y no estaban.

yo mirando al suelo

Yo mirando al suelo en busca paranóica de sanguijuelas

Pues a lo mejor era verdad y no era nada… seguí caminando más confiada. Ilusa

Y de pronto la vi. En mi pantalón a nivel de mi pantorrilla.

Di un gritito, (lo siento pero no puedo evitarlo), y  calmando mis nervios alcancé a Mat y le pedí que me la quitara. Nuestro guía vino presuroso y la quitó.

«You afraid of leeches?» me pregunta Gopal, serio.

«Si, las odio». Le contesto.

A lo que sigue el clásico discurso de que no son tan malas, que se usan en medicina para curar gangrenas y mala sangre y que ni siquiera la vas a sentir.

Eso a mi me vale mierda oiga, que no se me suban y no me chupen. Ya está.

Pero si no venía del suelo… ¿de dónde salió?

Pues resulta que acá las hijas de la gran inmunda puta, son más listillas y para no estar expuestas al sol en el suelo, suben a los altos pastos y la maleza, se suben a las hojas y esperan a que pases y se dejan «caer y pegar» a tu cuerpo.

Genial, ahora ya no hay que cuidarse solo los zapatos, si no TODO el cuerpo.

Tuve otra en la muñeca y Mat otras 3 en el pantalón antes de volver al jeep sin haber visto rinos.

Volviendo al hotel hablamos con el guía y nos dijo que hace 4 días que los rinos no se veían. Por las lluvias se habían adentrado al parque y como estábamos afuera del parque, no estaban. Nos dijo que la mejor manera con mayor probabilidad de verlos era ir caminando al parque, meternos a la selva, a pie.

Riiiiick (sonido de disco rayado seguido por  mortal silencio)

«Pero un momento Gopal… la selva estará llena de sanguijuelas».

«Si, así es. Si tienes mucho miedo pues no lo hacemos, pero es la única manera».

Volteo a ver a Mat.

«Yo quiero hacerlo, pero lo más importante eres tu, y si vas a estar mal, olvídalo, no lo hacemos» me dijo mirándome con esos ojitos tiernos que tiene cuando se pone protector.

«Pero es que yo también quiero hacerlo» dije triste.

«Deberían hacerlo, es una oportunidad única, ve tu a saber cuándo vuelvan a Nepal, y ya que están aquí, sería una pena que no lo vivieran» dice Gopal.

Saca su smartphone (si, será Nepal pero hoy en día todos tienen smartphones) y me muestra las fotos de la cascada y los ojos de agua con una familia rino bañándose en ellos. Pletórico.

No voy a dejar que me quiten la oportunidad de ver esto, pensé. Momento agárrate los ovarios Bere, ¿no que hay que enfrentarse a sus miedos? pues nunca mejor oportunidad.

«OK lets do it» dije.

Sobra decir que pasé una noche de total falta de sueño, donde ideé varias estrategias para luchar contra ellas la mañana siguiente, (amarrarme los pantalones con cinta adhesiva a los tobillos, llenarme de sal los calcetines y zapatos, entre otras) donde el nervio me dejó pegar el ojo en pocas ocasiones y cuando lo hacía, tenía sueños revueltos y angustiantes.

Fuimos a la selva. Lo hice, caminé 3 horas. Las primeras dos no fueron tan difíciles. Al final resulta mejor que las pérfidas malditas estén en los pastos, es más fácil verlas en tus pantalones y tardan más tiempo en subir o bajar (sea lo que decidan) y encontrar una entrada a tu cuerpo. En los pies son muy rápidas, los calcetines son una puerta siempre abierta.

sanguijuela en Chitwan

Sanguijuela lista para lanzarse, Gopal la esquivó por nada.

El problema vino en la hora final, cuando estuvimos en la selva muy espesa, ahí el suelo estaba húmedo y retomaron sus antiguas malas costumbres. Ya no había que cuidarse las piernas si no los pies también.

Y entonces toda la estrategia de lucha que había ideado, y mi forzada calma se fueron un poco al carajo. Nunca entré en pánico, pero iba muy nerviosa.

Los rinos no estuvieron, ni en la cascada ni en los ojos de agua. Vimos varios venaditos y monos. Reptiles y aves. Pero de rinos nada. Eso sí, la selva en sí fue espectacular.

Otro venadito

Otro venadito

Llegando al hotel muy triste y deceopcionada, tanto esfuerzo para nada, vino el momento duro de quitarse los zapatos y ver el resultado sanguijuelario…

Resultado Chitwan Sanguijuelas vs. Bere y Mat

En los pies….

0 para mi.
2 para Mat

Ahora el cuerpo….

0 para mi
1 para Mat, que le mordió 3 veces la panza!! eeww

P1320093_new

al ver aquello casi entro en crisis de nervios.

Gooooorrrddddas de tanto comer y ya sin moverse casi, Mat las dejó ahí en pleno paso al sol, a ver si se tuestan las asquerosas estas.

Al día siguiente teníamos planeado el paseo en canoa al amanecer, y Gopal decepcionado de no habernos podido mostrar rinos, nos ofreció que le pediría al de la canoa que se parara un momento en un lugar que él conocía que quedaba cerca de la cascada, Gopal se bajaría e iría a ver si estaban los rinos. Si estaban, volvía por nosotros y entrábamos de nuevo a la selva; si no, nos iríamos sin verlos.

Acordamos agradecidos.

Otra noche en vela por el nervio de saber que existía la posibilidad de tener que entrar de nuevo. Ahora si ya, el terror de encontrárme con sanguijuelas superaba en mi incosciente la ilusión de ver rinos.

Hicimos el paseo en canoa al amanecer, que fue espectacular, pero de rinos… nada de nada.

Canoa en Chitwan

Por un lado el dios de la naturaleza que me puso a prueba con el reto de las sanguijuelas, y por otro yo que por más que guardé la compostura – no grité ni perdí los papeles, no corrí ni di de alaridos por la selva; me comporté -.

Pero no lo engañé, mi cabeza era un mundo turbulento, nervioso y ansioso. Nada de calma y buena vibra que hay que tener para encontrar a los animalitos, la naturaleza no me lo dio, no me dejó verlos.

Todo por su culpa, (si si le hecho la culpa de todas mis desgracias a las sanguijuelas, llamen a Freud si quieren).

Y ahora hay que agregar un punto más a la lista de desgracias por bajos karmapoints:

* De 550 rinocerontes que viven en Chitwan, intentándolo 3 veces no vimos ni uno. Ni un rinoceronte.

Será una próxima ocasión, pero en Marzo cuando aquello esté tan seco que no estén ellas, que sea tan árido que si se asoman se cuecen.

Espero al menos ya haber saldado la cuenta. Espero que sea que sea lo que hicimos ya hayamos usado los karmapoints negativos. Que si el karma se cobra con sanguijuelas es que son muchísimos puntos saldados, como demasiados diría yo.

Así que de Chitwan nos vamos con sentimientos encontrados, fue una gran aventura, un muy bonito parque invadido por turistas haciendo actividades circenses, invadido por sanguijuelas y desierto de rinocerontes, al menos para nosotros.

Todos los consejos y actividades para el Parque de Chitwan Aquí

Todas las Fotos de Chitwan Aquí

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